La familia Rothschild, una de las familias más antiguas y elitistas del mundo, alguna vez fue objeto de rumores que en el apogeo de su poder llegaban a controlar casi la mitad de la riqueza mundial.
Por supuesto, a Chu Mo no le importaba si estos rumores eran verdaderos o falsos. Lo único de lo que podía estar seguro era que esta antigua y misteriosa familia tenía en sus manos una isla privada de primer nivel valorada en cien mil millones de dólares estadounidenses.
Y era esta misma isla la que Chu Mo quería.
Con activos que ascienden a cincuenta billones, ¿cuál era el concepto de eso? Era aproximadamente el equivalente a la riqueza combinada de ochocientos Bill Gates, y el heredero directo de la familia Rothschild venía a discutir el asunto de la isla privada con él. Chu Mo sentía que era necesario prepararse bien.