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—Al caer sus palabras, Chu Mo no pudo evitar sentirse un poco intrigado por la identidad del gerente del piso 86 del Jardín Tianxiang. ¿Por qué el antiguo presidente Yin Yao necesitaba ser tan cortés?
Un ruido emanaba de la casa de madera, y tras un momento, una voz algo perezosa flotaba suavemente sobre ellos.
—¿Qué viento te ha traído aquí, Presidente Yin? No sueles visitarme, pasa.
Por la voz, el orador no era muy viejo, alrededor de treinta años, con un tono perezoso y seductor.
Yin Yao, de pie a su lado, presentó en voz baja:
—Es la señorita Lin Ling'er, la hija menor de la familia Lin, una de las cuatro grandes familias de la Capital Mágica.
Al caer las suaves palabras, el hombre de mediana edad a su lado hizo un gesto de bienvenida. Fue el primero en abrir la puerta de la casa de madera, y un tenue olor a tabaco se desprendió lentamente.