Después de obtener la información de Wang Guangju y de aprender sobre su afición por el vino tinto, Chu Mo pensó en un plan: complacer sus intereses y regalarle una bodega.
Por supuesto, no era posible regalar una bodega de primer nivel valorada en miles de millones de dólares; aunque Wang Guangju se había convertido en sensación, todavía no valía tanto.
Para invitarlo a unirse al Entretenimiento Shi Yuan, Chu Mo tenía la intención de presentarle con una bodega valorada en unos pocos miles de millones o quizá decenas de miles de millones como regalo de bienvenida.
El único miscalculo fue que Wang Guangju se iba del país mañana y no regresaría durante medio año.
Desde su establecimiento hace poco más de un mes, el Entretenimiento Shi Yuan había crecido de unos pocos miles de millones iniciales a activos que se expandían a más de cien mil millones en escala.