Ding Qian, a la encantadora edad de veintidós años, estaba en la flor de su juventud.
Una senior, graduada de la academia de música.
Amaba la música clásica y el baile jazz.
Su instrumento favorito era la guitarra.
Su aperitivo favorito eran los frijoles de chocolate.
Su estrella favorita era Wang Guangju.
Su color favorito era el morado.
Su favorito...
Había tantas cosas que le gustaban y quería probar, tantos deseos aún por cumplir.
Se podría decir que Ding Qian había nacido con una cuchara de oro en la boca, no en términos de la riqueza de su familia, sino por su apariencia.
Nacida en una familia de clase media, había sido tratada como una muñeca desde pequeña. Desde el jardín de infantes, siempre había sido seguida por un grupo de niños pequeños, y adondequiera que fuera, era el centro absoluto de atención.