El autor de este libro es bastante hábil, enumerando muchos ejemplos y narrando de manera clara y directa.
Chu Mo, naturalmente, no solo leía, sino que también analizaba las técnicas de escritura en los artículos, esforzándose por mejorar.
Chu Mo leía una amplia variedad de libros, desde biografías de celebridades hasta revistas de ficción, e incluso encontraba fascinantes las reuniones de historias de los años 70 y 80.
Fue precisamente su extensa lectura lo que le permitió escribir artículos más profundos.
Sin embargo, el ocio de Chu Mo pronto fue interrumpido por una serie de pasos.
Chu Mo, a quien siempre le disgustaba ser interrumpido, frunció el ceño ligeramente. Al levantar la vista, vio al mayordomo, Danny, de pie en silencio frente a él.
Chu Mo simplemente le lanzó una mirada inquisitiva sin hablar. Entendiendo de inmediato, Danny dijo respetuosamente,