A las 6:30 de la mañana, cuando sonó la alarma, Zhan Bingxue abrió suavemente los ojos y miró fijamente el techo blanco como la nieve que tenía encima.
Cuando su mirada se desplazó hacia la enorme ventana del suelo al techo enfrente de ella, se detuvo durante mucho tiempo, confirmando que ya no estaba en aquella casa comercial de 90 metros cuadrados, sino en una villa de lujo en Calle Verde valorada en setecientos millones.
Desde que tomó las riendas del Hotel Internacional Bafang y se mudó a esta villa, había pasado más de una semana, pero incluso ahora, Zhan Bingxue todavía sentía una sensación irreal, como si sus pies no tocaran el suelo.
El lujo y el prestigio que la rodeaban parecían un hermoso sueño, ¡y Zhan Bingxue realmente temía que un día se despertara y encontrara el sueño destrozado!
