La voz al otro lado del teléfono no era el tono nítido de Chu Xiner, sino el de una mujer de mediana edad con un tono ligeramente adulador y cálido.
¡Era su propia tía pequeña!
Chu Mo parecía poder imaginar a su tía pequeña arrebatando el teléfono de las manos de Chu Xiner, ¡e incluso podía imaginar la expresión de impotencia en el rostro de Xiner!
—Tía Pequeña, deja que el primo pequeño vuelva en el futuro, trabajar siempre fuera de la ciudad no es ideal. Los diez millones que envié con Xin'er son mi tarifa de manuscrito. Deja que el primo pequeño regrese, cómprale un apartamento en la ciudad del condado, consíguele un local comercial, para que pueda encontrar una buena chica y vivir una vida pequeña y estable allí. No estaría nada mal.
