—Chu Mo, en nombre de los cuarenta y cinco mil estudiantes de nuestra Universidad Normal, quiero decir gracias. No se trata de la cantidad de la donación, sino del hecho de que tú, por ti mismo, elevaste toda la atmósfera de aprendizaje de la escuela. Esto es más valioso que miles de oro y plata. En el futuro, cuando estos hermanos y hermanas menores se gradúen, naturalmente apreciarán el corazón y alma que pusiste en esto. Damas y caballeros, propongo un brindis por Chu Mo —dijo el Director Yang.
El Director Yang personalmente levantó su copa, y con una docena de mesas de invitados y más de cien personas en la sala, hubo un acuerdo resonante, todos levantando sus copas a Chu Mo, quien llevaba un aire de gracia erudita.
—El Presidente Yang es demasiado amable —respondió Chu Mo.