Una cultivadora de rasgos delicados, con un ligero tono gris ceniza en su rostro, se ocultaba en las sombras de un estrecho callejón.
Era Han Ming.
De repente, el rugido de las bestias demoníacas llegó desde lejos.
Han Ming levantó la vista y vio a un grupo de Líderes Demonio de Roca Roja volando sobre la Ciudad Inmortal de Caqui de Fuego.
Inmediatamente, el Ejército de la Guardia de la Ciudad se percató de esta situación.
Whoosh, whoosh, whoosh...
Una serie de hechizos se disparó al cielo y explotó como coloridos fuegos artificiales.
Grandes números de Líderes Demonio de Roca Roja cayeron del cielo.
Una crisis menor fue resuelta con facilidad.
Han Ming retiró su mirada, se fijó hacia adelante y miró a través de la calle hacia la Mansión del Señor de la Ciudad.