—¡Si Zhang Menglong no sale, ya no hay Dios de los Coches en este mundo!
—¡Sus habilidades son incomparables, nadie más en el mundo puede alcanzar la mitad de su nivel!
—¡Esta es una habilidad de conducción que trasciende los límites humanos!
Los corredores y entusiastas de los autos de todo el mundo dieron inmediatamente diversas evaluaciones y el público en el lugar resonó con el nombre de Zhang Menglong.
—Señor Zhang, ¿tiene tiempo para aceptar una entrevista con los medios? —preguntó el presentador con cautela.
—Ya que estoy aquí, ¡podría decir unas palabras! —Zhang Menglong asintió, dejando atrás a cuatro Dioses de los Autos aún en el lugar, dudando de sus elecciones de vida.
Innumerables miradas y cámaras se enfocaron entonces en Zhang Menglong mientras los medios se apresuraban, temiendo que pudieran perderse alguna información importante.
