Yan Tian Zhao se tocó la nariz y murmuró:
—¿Así que ya no tengo más asuntos aquí? Sacudió la cabeza y dijo:
—Olvídalo, el País de la Lluvia es solo una de mis paradas. Una vez que haya obtenido el Poder Místico, iré a un lugar más animado en la Región Norte para echar un vistazo. El nivel general de artes marciales en este lugar es realmente muy bajo, y solo hay estos pocos genios, por lo que no es beneficioso para mi crecimiento.
Colocó sus manos detrás de su espalda y se dirigió hacia la cima de la colina.
—¡Niu construyó este camino y nadie tiene permiso de pasar! —Hu Niu extendió instantáneamente sus brazos, pareciendo que planeaba impedirle el paso.
—Niña, eres un poco extraña, pero aún no eres lo suficientemente fuerte para enfrentarte a mí. Hazte a un lado, no quiero lastimarte —dijo Yan Tian Zhao con calma. No se sabía si se había vuelto misericordioso o estaba cauteloso del extrañamiento de Hu Niu.
