—¿Por qué están armando tanto escándalo? ¿Acaso tienes el trasero de un tigre que no puedo ni tocar? —resopló Zhang Hua Lian, el primo mayor, luciendo muy disgustado. Después de todo, tocar el trasero de alguien más era algo muy bajo, incluso él, que se consideraba un casanova, no querría ser expuesto por hacer algo así en un lugar tan público.
—¿No vas a disculparte con mi primo? —Tong Yuan, el segundo primo, también intervino lleno de arrogancia en su rostro—. ¡Somos los clientes más honrados de vuestro Pabellón Cuidado de la Flor! ¿Sabes quiénes son los clientes honrados? Aquellos que pueden entrar en un patio lateral están todos en las filas de élites del Nivel Pedestal Espiritual. ¡Con una palabra nuestra, y toda tu familia estaría muerta!
La empleada se veía tanto enfadada como avergonzada. Sin embargo, ella no era más que una empleada con poco poder. Era obvio que ella había sufrido una pérdida, y ahora, según ellos, también era ella quien estaba equivocada.
