Ling Han envió un comando mental, y esta gota de Fluido Verdadero Indestructible se dispersó instantáneamente. Como rocío, humedeció cada parte de su cuerpo.
Sus órganos internos dañados, así como sus huesos fracturados, se estaban sanando a un ritmo aterrador.
Hay que entender, incluso con el talento de Ling Han, aún había pasado diez mil años para comprender el primer nivel de técnicas de cultivación del Pergamino del Cielo Indestructible. ¿Cómo no iba a ser impresionante esta única gota de Fluido Verdadero Indestructible que había logrado condensar?
Podría prácticamente revivir a una persona muerta y permitir que creciera carne nueva en los huesos; definitivamente se podría afirmar como la medicina preciada definitiva.
—¿Yi? —Finalmente alguien descubrió que Ling Han había logrado sentarse erguido, y una expresión de sorpresa cruzó su rostro.
