—Ling Han rió y soltó la mano de Li Si Chan antes de decir:
—¿Has terminado de empacar?
Justo ahora, él y Li Si Chan estaban a cargo de llevar a las dos niñas, mientras que Liu Yu Tong estaba a cargo de empacar sus cosas.
—He terminado —dijo Liu Yu Tong con un asentimiento. La mirada que dirigió a Li Si Chan no era muy amistosa, ya que pensaba si debería secretamente acabar con la joven en la naturaleza.
—¡Entonces vamos! —Ling Han parecía lleno de anticipación.
¿Qué había realmente debajo del río subterráneo de donde fluían las Herramientas del Espíritu de alto nivel?
Empezaron su camino, dejaron la Academia y salieron de Ciudad Imperial, dirigiéndose hacia la Montaña de la Sangre Efusiva que estaba a dos mil millas de distancia. La montaña recibía este nombre porque, de vez en cuando, los ríos y arroyos que surgían de la montaña se teñían de rojo, como si fuera sangre fluyendo en los ríos, no agua.
