Ling Han aceptó sus reverencias sin un ápice de culpabilidad. Anteriormente, en efecto había estado enseñando a estos dos hombres. Con sus enseñanzas, era muy probable que estos dos hombres hubieran ganado la oportunidad de avanzar para convertirse cada uno en un alquimista de Grado Tierra. De lo contrario... ni siquiera podrían soñar con alcanzar tales alturas en esta vida.
Él podía considerarse como medio Maestro de estos dos hombres. Como resultado, era lo justo que él recibiera una reverencia de respeto de parte de estos dos hombres.
—Si el Joven Maestro Han tiene algún problema en el futuro, por favor venga al Pabellón de Medicina del Cielo a buscarme —dijo Fu Yuan Sheng solemnemente—. Él ya no se atrevía a dirigirse a Ling Han como Joven Amigo.