—No estás realmente acobardándote, ¿verdad? Si lo estás, entonces olvida lo que dije, puedes retirarte, no hay problema —dijo Gu Lin con una sonrisa ligera, tan casual como la brisa suave y las nubes blandas.
—Tengo unas palabras que decir —declaró Long Chen con calma—. Primero, no soy el padrastro de Long Weiwei; soy su padre, y eso nunca cambiará en esta vida. Segundo, tus palabras han sido extremadamente irrespetuosas hacia nosotros y has estado acosando a menudo a la madre del niño. Tal comportamiento realmente hace que uno se pregunte si hay un problema serio con tu carácter. Tercero, usaste la donación de cien mil para hacer que el director del jardín de infantes accediera a tu solicitud irrazonable de enfrentarme en el escenario. Tales acciones son completamente inapropiadas, especialmente frente a los niños. No deseo crear escenas sangrientas, así que no pelearé contigo. Espero que tomes buena nota.