Esta noticia fue sin duda un rayo en un cielo azul para Li Yuechan y las demás, y les resultó difícil de creer.
El hombre les dijo seriamente que la supervivencia de Long Chen era incierta, pero que actualmente estaba recibiendo tratamiento en un lugar misterioso; incluso si se curaba, había una alta probabilidad de que quedara incapacitado. Les pidió que esperaran pacientemente noticias, las cuales no llegarían por al menos medio año.
Sabiendo esto, Li Yuechan y las demás estaban inconsolables.
El hombre ya se había marchado e hizo una misteriosa llamada telefónica:
—Su Majestad, he hecho lo que me indicó.
—¿Sabes por qué quiero engañarlas de esta manera?
Una voz calmada y magnética se escuchó a través del teléfono.
—No lo sé, señor —respondió el hombre respetuosamente.