—Mi rencor con Long Chen es personal y no deseo involucrar a mi clan ni tomar partido con la Mansión Real Yan contra el Palacio del Dragón. Espero que el Heredero Principesco pueda entender esto —dijo Ye Zhiqiu—. Por lo tanto, no me uniré a ustedes en la lucha contra Long Chen. Atacarlo en grupo es algo que yo, Ye Zhiqiu, no puedo hacer.
—Heh, qué falsa nobleza —se burló Yan Yiqiu con sarcasmo.
Ye Zhiqiu frunció el ceño y luego eligió ignorar a Yan Yiqiu.
—¡Todos, ataquen! Vamos a atacar en grupo y golpear sin piedad a Long Chen; solo asegúrense de no lastimar a esa chica, ella es la futura Consorte del Heredero —gritó fuerte Yan Yiqiu.
—Matar.
—¡Long Chen, maldito mocoso, prepárate para morir! —gritó también Yamamoto Dabong del País Dongyang.
—Matar.
Más de treinta personas cargaron de una vez contra Long Chen, con un tremendo ímpetu.
No es una exageración decir que esta fuerza era suficiente para eliminar a cualquier maestro supremo en el Mundo de las Artes Marciales.
