—Está bien, no te pongas demasiado emocional; hay mucho tiempo por delante —susurró Long Chen, dándole palmaditas a Han Yun en la espalda.
—¿A qué te refieres con eso? —preguntó Han Yun, un poco asustada.
En ese momento, ella era como una chica que acababa de enamorarse, ansiosa e insegura.
—Lo que quiero decir es que habrá muchas más oportunidades de conmoverse en el futuro —sonrió Long Chen y dijo.
—Me asustaste —dijo Han Yun con un suspiro de alivio—. Siéntate un poco, voy a calentar los platos en la cocina.
—Xinxin, mira la televisión tranquila y no andes correteando, voy a ayudar a mamá a calentar la comida —dijo Long Chen a Xinxin.
—Vale, me portaré bien —dijo Xinxin con una dulce sonrisa.
—Buena chica. Han Yun, ve a calentar la comida —dijo Long Chen mientras él mismo llevaba los platos a la cocina.
Han Yun estaba sorprendida. No esperaba que Long Chen, el jefe del Grupo Sombra del Dragón, hiciera tales tareas domésticas.
Pero más que eso, Han Yun se sentía feliz.