Han Yun vio a Long Chen tan serio y lo miró con ojos mitad creyendo, mitad dudando.
—Tú empieza —dijo Han Yun con una sonrisa—. Adivina qué estoy pensando ahora.
—Déjame pensar.
Long Chen miró fijamente a Han Yun y, después de unos segundos, se rió y dijo:
—Estás pensando, 'Sus ojos son realmente encantadores'.
Al oír esto, el bonito rostro de Han Yun se puso rojo de inmediato.
—Yo... yo no estaba pensando eso en absoluto, estás diciendo tonterías.
Han Yun estaba infinitamente tímida.
Porque Long Chen había adivinado correctamente.
Fue precisamente porque había acertado que su rostro se sonrojó.
Pero Han Yun no admitiría que pensaba eso.
—Entonces no podemos continuar con este juego.
Long Chen se encogió de hombros.
—No pasa nada si has adivinado mal esta vez, sigue intentando con la siguiente —dijo Han Yun.
