Sun Weiwei sentía un inmenso respeto por Long Chen.
Por supuesto, este respeto provenía del heroísmo médico del Doctor Dragón.
En tan solo unos meses, los logros que había alcanzado el Doctor Dragón eran sin precedentes e inigualables.
Estos logros no eran solo financieros, sino también porque innumerables personas habían sido tratadas y salvadas por el Doctor Dragón.
Para aquellos que sufrían enfermedades terminales, el Doctor Dragón era el eterno sol en sus corazones.
¡Ese era el aspecto más aterrador del Doctor Dragón!
Por lo tanto, cuando Sun Weiwei vio al fundador del Doctor Dragón, no pudo evitar sentirse emocionada.
Ante el entusiasmo de Sun Weiwei, Long Chen sonrió y dijo:
—Tal vez más tarde, cuando esté menos ocupado, pueda darte una entrevista exclusiva, pero no ahora. El polvo aún no se ha asentado, y muchas cosas no deberían ser demasiado ostentosas.
—Está bien, está bien —respondió Sun Weiwei emocionada—. Sr. Long, ¿puedo agregarte en WeChat?