—Li Yuexin, esto no tiene nada que ver contigo. Hazte a un lado.
Han Min apretó los dientes.
—¿Cómo puede no tener nada que ver conmigo? —Las emociones de Li Yuexin de repente se salieron de control—. ¿Sabes que es porque intentaste complacer a toda costa a la Familia Nangong, porque ese día, me obligaste a subir a la planta superior para hablar solo con Nangong Li, y Nangong Li me agredió? Me agredió. ¿Cómo puedes decir que no tiene nada que ver conmigo?
Para cuando terminó sus palabras, Li Yuexin ya estaba en lágrimas.
Hablando de este asunto, Li Yuexin se sintió absolutamente devastada.
Li Shiqi y su esposa estaban atónitos, mirando fijamente a Li Yuexin.
Li Yuechan también giró bruscamente hacia Li Yuexin—. Yuexin, esa bestia, él... en realidad...
—Hermana, todo lo que he dicho es cierto, por eso definitivamente no debes ir a la Familia Nangong. —Li Yuexin sollozó.
—Has sufrido. —Li Yuechan extendió su mano para abrazar a Li Yuexin, las dos hermanas llorando juntas.
