Boom.
La robusta silla se rompió al impactarse con la cabeza de Long Chen.
Long Chen soltó a Nangong Li y lentamente se dio la vuelta, mirando a Li Shiqi con incredulidad.
Li Shiqi, asustada por la aguda mirada de Long Chen, retrocedió dos pasos.
Han Min gritó entonces:
—Long Chen, deja de causar problemas. Esta es una sociedad gobernada por la ley, no una donde la fuerza bruta lo conquista todo.
—Simplemente... eso es, Long Chen, si causas más problemas, llamaremos a la policía. —Las palabras de Li Shiqi sonaron carentes de confianza.
Long Chen esbozó una fría sonrisa y lentamente levantó su puño. Pensó en aplacar a Li Shiqi de un golpe. Las acciones de Li Shiqi eran más de lo que Long Chen podía soportar.
Li Yuechan, viendo la situación, rápidamente bloqueó a Long Chen. —Esposo, cálmate. —Li Yuechan tiró de la mano de Long Chen.