—¿Qué me dices? Mientras tenga sentido, definitivamente te escucharé —dijo Li Yuechan suavemente.
—De hecho, ya he dicho bastante ahora mismo —dijo Long Chen con una sonrisa amarga—. Si sigo hablando, podría incluso convencerte de renunciar a ese padre.
—¿Cómo podría ser posible eso, es irreal? Pase lo que pase, él sigue siendo mi padre biológico —dijo Li Yuechan, abatida.
—Creo que él no te trata como a su propia hija en lo absoluto. Si lo hiciera, ¿cómo podría obligarte a hacer esas cosas absurdas que no quieres hacer? —murmuró Long Chen.
—A veces realmente me pregunto si hay una posibilidad de que yo haya sido adoptada y Yuexin sea su hijo biológico. ¿Crees que eso es posible? —preguntó Li Yuechan, algo confundida.
—Si eso fuese cierto, como has supuesto, y no eres biológica, ¿podrías aceptarlo? —Long Chen se sorprendió.
—No creo que pudiera aceptarlo, me desmoronaría —dijo Li Yuechan—. Sólo pensarlo me aterra.