Xia Ling observaba la figura en retirada de Long Chen sin vacilar, sintiendo una inmensa sensación de pérdida.
Pero con la sensación de pérdida, Xia Ling se dio cuenta de que su afecto por Long Chen no había disminuido ni un ápice.
Por el contrario, era mucho más intenso que nunca.
—Él no carece de sentimientos por mí, si fuera así, no habría actuado de esa manera justo ahora.
—Pero él no codició mi cuerpo, lo que demuestra que realmente me respeta, que tiene verdadero miedo de lastimarme.
—Sí, eso debe ser, ¿pero crees que por hacer eso, voy a rendirme?
—¿Alguna vez has pensado que después de conocerte, dónde en el mundo podría haber otro hombre que pudiera mover mi corazón?
Xia Ling cerró sus puños con fuerza.
...
Afuera, Long Chen regresó a casa y descubrió que todos, excepto por Tang Ying y Jiang Tong que estaban alquimizando en el sótano, incluyendo a Zhao Churan, aún no habían regresado.
