Ese día Su Chen casi pasó todo el día jugando en la computadora, incapaz de dominar otros juegos en línea, solo podía entretenerse con juegos de baja calidad como Lucha el Arrendador; sin embargo, se estaba divirtiendo mucho.
Justo antes de que terminara la jornada laboral, Lin Ruoxue le envió un mensaje de texto pidiéndole que volviera temprano a casa porque iban a tener invitados.
Su Chen no pudo evitar preguntarse, ¿quién visitaría su casa?
En el medio año desde que él y Lin Ruoxue se habían casado, parecía que no había visitado ningún invitado.
«A quién le importa, simplemente volveré a casa y veré», pensó.
Tomando sus llaves del coche, Su Chen salió y cuando llegó a casa, notó que el coche de Lin Ruoxue ya estaba en el garaje.
—¡Esposa, ya estoy de vuelta!
Tan pronto como Su Chen abrió la puerta de entrada, lo gritó de una manera cursi.
Al escuchar esta voz cursi, Lin Ruoxue sentada en el sofá inmediatamente sintió escalofríos por todo el cuerpo.
