—Si las cosas van bien, un día en el futuro, podríamos llegar a ser una familia de primer nivel como la Familia Zheng, que también empezaron en el comercio, justo como nosotros —Liu Yongyuan se volteó a mirar el cielo azul y las nubes blancas afuera de la ventana, sintiendo una tormenta de ambiciones removiendo su corazón.
—¿La Familia Zheng en Yanjing? —Liu Qing exclamó sorprendido, mirando a su padre con incredulidad.
¡Nunca había imaginado que su padre albergara ambiciones tan grandiosas: la Familia Zheng en Yanjing, qué presencia era esa! Eran una de las familias más importantes de Huaxia, con una fuerza y una herencia inconmensurables. Aunque su Familia Liu también contaba como una fuerza significativa en Jiangnan, en comparación con la Familia Zheng de Yanjing, apenas valían la pena mencionar. ¡Ni siquiera estaban en la misma liga!
Al ver la expresión de shock en la cara de Liu Qing, Liu Yongyuan sonrió ligeramente:
—¿Qué? ¿Crees que es imposible?
