—Las mujeres del departamento de relaciones públicas ya estaban acostumbradas a esas miradas, ¡y caminaron hacia adentro con confianza mientras charlaban y sonreían confiadamente!
Pronto, el grupo llegó al piso designado. Como hombre y también jefe del departamento, Su Chen era naturalmente responsable de la seguridad básica de todos.
—Todas vayan y descansen primero, al fin y al cabo, estamos fuera. Si surge algo, recuerden llamarme. ¡La línea directa del jefe del departamento está abierta las 24 horas para todas ustedes! —así dijo Su Chen.
—Oh por favor, solo cuídate tú, jefe. ¡No dejes que alguna zorra se te lleve! —una de las mujeres se rió y, al escuchar esto, todas estallaron en carcajadas también. Aunque lo llamaban jefe, apenas lo tomaban en serio como uno.
—Bien, solo tengan cuidado, todas. Si tienen hambre, coman algo en el hotel en lugar de salir hoy —Su Chen habló algo desanimado, pensando para sí mismo que realmente era un pobre jefe de departamento.
