```
—Su Chen, ¿cómo terminaste casándote con la Presidenta Lin? —Xia Qiuru inclinó la cabeza y preguntó.
—¿Qué, es extraño? —Su Chen sonrió con amargura.
—Es un poco extraño, parece que ustedes dos son de mundos diferentes. —Xia Qiuru sorbió su café ligeramente y dijo.
—De hecho, no solo tú lo encuentras extraño, yo mismo también lo encuentro un poco raro, jaja. —Pensando en su matrimonio con Lin Ruoxue, Su Chen a veces aún sentía que era un poco surrealista.
Un hombre cuyas manos estaban manchadas de sangre había llegado a ser el esposo de una belleza de la ciudad. Si hubiera sido el Su Chen de hace un año, nunca habría pensado que algo así sucedería. Pensaba que un día, cuando estuviera cansado, podría irse con Eniel a un lugar donde nadie los conociera y vivir el resto de sus días en paz.
—¿Cómo se están llevando? —Xia Qiuru también preguntó con algo de curiosidad.