—¿Por qué cerraste la puerta? —preguntó él.
—Tengo algo que decirte —respondió.
Tang Tang lo vio sentado en su cama, así que arrastró una silla y se sentó.
—¿Qué pasa? —Su Chen preguntó de manera casual antes de volver a acostarse en la cama de Tang Tang.
—Obviamente, es sobre nosotros dos.
—¿Qué pasa con nosotros? No me asustes, ¡no hay nada mal entre nosotros! —Al oír esto, Su Chen se sentó de golpe otra vez.
Tang Tang comenzó a sentirse molesta al verlo reaccionar así. ¿Tienes tanto miedo de tener algo que ver conmigo? ¿Soy tan terrible?
Tsk tsk tsk, ¿en qué estoy pensando? Es como si quisiera que pasara algo con él.
—Estoy hablando del malentendido que nuestros padres tienen sobre nosotros, ¡tenemos que resolverlo! —Tang Tang rodó los ojos.
Hablando de esto, Tang Tang sintió un estallido de ira sin lugar donde desahogarse.
—¿Cómo lo resolvemos? No tengo ni idea —dijo Su Chen perezosamente, sintiéndose impotente frente a la madre de Tang Tang.
