Su Chen había terminado el desayuno y originalmente planeaba ir al grupo, pero Lin Ruoxue insistió en que debía quedarse en casa para descansar.
Pensándolo bien, Su Chen sintió que era una buena idea, ya que esto permitiría una recuperación más rápida de sus heridas, así que aceptó y se fue a la habitación para comenzar su práctica de cultivo.
Esa noche, cuando Lin Ruoxue regresó a casa del trabajo, le pidió apresuradamente a Su Chen que revisara sus heridas de nuevo.
Lo que la impactó enormemente fue que las horrendas heridas en el cuerpo de Su Chen parecían haber sanado en un setenta u ochenta por ciento.
No pudo evitar sentirse asombrada. ¡Esto era demasiado milagroso! ¡Ni siquiera las técnicas médicas más avanzadas del mundo podrían sanar tan rápido!
—¿Cómo ves, esposa? Ahora sabes que el título de tu esposo como Doctor Fantasma no es solo para lucirse. —Su Chen dijo con orgullo fingido.
