Al mismo tiempo, en la sala de reuniones de la Mansión Rose.
Ye Mei y Xiao Yaning estaban sentadas en un lado de la mesa de conferencias, mientras que en el otro lado se sentaba un hombre de mediana edad.
El hombre de mediana edad era elegante, con gafas de montura dorada, vestido de pies a cabeza con marcas de primera línea, claramente un pez gordo. Era Yuan Dong, el jefe de la región Asia de la Corporación Almei.
Detrás de él había un anciano y un joven. Ambos estaban inexpresivos, y su atuendo no se parecía a ninguna marca o estilo que Ye Mei hubiera visto antes, algo parecido al atuendo de la nobleza medieval.
—Señorita Ye, ¿cómo ha considerado nuestras condiciones? —preguntó Yuan Dong.
Yuan Dong observaba tranquilamente a Ye Mei y a Xiao Yaning, confiado, admirando las figuras elegantes debajo de sus trajes de negocios, un destello de deseo no revelado brillando en lo profundo de sus ojos.
