—¿¡Por qué estás aquí!? —preguntó Xia Qiuru.
Xia Qiuru no esperaba que la persona a la que acababa de desear encontrar apareciera de repente frente a ella, se sentía como un sueño.
La respuesta de Xia Qiuru sorprendió a Su Chen; se preguntaba por qué estaba tan emocionada de verlo. ¿Podría todavía estar enojada por el incidente de ayer?
Mientras Su Chen miraba a Xia Qiuru, más lo pensaba, más probable le parecía. ¡Las mujeres guardan rencor!
—Antes que nada, me disculpo por la broma de ayer. ¡No puedes mezclar los sentimientos personales con los negocios! —exclamó Su Chen.
Mejor no mencionarlo. En el momento en que lo sacó a colación, Xia Qiuru pensó en cómo él la había mirado descaradamente y hasta coqueteado con ella antes de marcharse ayer.
Pero había un asunto más urgente que atender, así que Xia Qiuru tuvo que suprimir su enojo y miró a Su Chen, preguntando:
—Responde primero a mi pregunta. ¿Por qué estás aquí? —dijo Xia Qiuru.
