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—Su Chen había despachado a esos cuatro hombres en no más de diez segundos, y para cuando los hombres en túnicas negras y blancas ya habían corrido fuera de la zona residencial.
Era entrada la noche, y las carreteras estaban desprovistas de peatones.
Su velocidad era innegablemente rápida, y su comprensión superaba la de los otros cuatro. Cuando el joven apareció silenciosamente detrás de ellos, ya se habían dado cuenta de que su fuerza los superaba.
—¡Por eso eligieron huir en el momento en que Su Chen enredó a los otros cuatro! —Sin embargo, justo cuando pensaban que estaban a punto de estar seguros, de repente se detuvieron en seco.
—Porque una figura apareció frente a ellos... —Al ver esta figura que había aparecido de la nada, los dos no pudieron evitar estar enormemente sorprendidos. ¿Cómo podía ser este tipo tan rápido?
—¿Por qué te fuiste sin decir adiós? ¿No es eso un poco descortés? —dijo Su Chen indiferente, sus labios todavía curvados en una sonrisa burlona.
