—Su Chen, déjalo, no deberíamos permitir que las cosas se intensifiquen demasiado —Lin Ruoxue tiró de la manga de Su Chen nuevamente, susurrando.
Sabía que la situación ya se había intensificado bastante y se preguntaba si todavía podría rescatarse.
Pero no podían quedarse sin hacer nada y ver cómo las cosas se salían aún más de control.
Tampoco esperaba que el bromista fuera tan arrogante, ¡tan salvaje!
Efectivamente, estos dos hermanos eran dignos del nombre. La última vez, Su Chen golpeó a Liu Qing en público en el banquete.
Y este hermano suyo era incluso más impresionante; no había estado fuera del avión por una hora cuando ya se había encontrado con Pan Wendo, el hijo del mayor magnate de Jianghai, ¡e incluso se jactó de ocuparse de su padre Pan Wendo también!
¿Quiénes eran estas personas? ¿No sabían qué era el miedo?
La verdad sea dicha, desde que Su Chen golpeó a Liu Qing la última vez, ¡había estado preocupada hasta ahora!
