—Asistente Yu, ¿todavía no hay noticias? —En una habitación privada de un club nocturno de alto nivel en Jianghai, un joven de noble porte preguntó fríamente.
—No, no las hay. —Un hombre parado debajo de él sacudió la cabeza, temblando de miedo, preocupado por enfadar al joven frente a él.
—¿Qué demonios está pasando? ¿Seis personas y ni una sola noticia de ninguna de ellas? —El joven frunció el ceño, considerando las diversas posibilidades, pero no tenía la menor idea.
—¿Podría haber ocurrido algún tipo de accidente? —El asistente Yu se aventuró a preguntar.
—¿Qué tipo de accidente? —Las cejas del joven se retorcieron mientras se giraba para mirarlo.
—¿Podría ser que todos fueran eliminados por el objetivo... —El asistente Yu hizo un gesto con la mano a través de su cuello.
—Imposible —dijo el joven categóricamente—. Conozco bien sus capacidades. Que ni Su Chen, ni siquiera Long Xiaoshan serían capaces de acabar con todos ellos.
