Todos los miembros de las tres tribus entendieron; se quedaron sin opciones.
Ante el poder absoluto de los tres Cultivadores Errantes del Reino del Mar Espiritual, no tenían poder para resistir ni poder para contraatacar.
¡Odio!
Un inmenso desprecio surgió en el corazón de cada miembro de las tres tribus.
Sin embargo, incluso el más fuerte entre ellos no era rival para los tres Cultivadores Errantes; incluso si estaban llenos de odio, ¿con qué podrían posiblemente enfrentarse a estos tres Cultivadores Errantes?
¡Fue precisamente por esta razón que los tres actuaron tan descaradamente contra ellos!
¡Los débiles están a merced de otros como estos!
Los miembros de las tribus, hirviendo de un odio indomable, y los jóvenes que acababan de emerger del reino secreto ancestral, temblaban de ira al ver el cadáver de Qian Ming.
Pero, al igual que los demás, estaban completamente indefensos.
