Después del impacto, el rostro de Hu Nan cambió con sorpresa —¡Qué! ¡Alguien ha controlado la Llama Divina!
En la gran sala, todos los poderosos de la Secta Divina del Dragón Verdadero se alarmaron enormemente.
Si alguien controlaba la Llama Divina, sería un asunto inmensamente serio.
—¡Investiguen! ¡Investiguen inmediatamente! ¡Usen todos nuestros recursos para averiguar quién ha controlado la Llama Divina! —Hu Nan se levantó, exclamando emocionado.
Mientras tanto, en la escena de la capital imperial.
Bajo el poder del Fuego Divino de la Tribulación del Trueno de Yang Xiaotian, la Llama Ardiente del Cielo de Gu Shaozong, que estaba a punto de incinerar los cielos hace momentos, se replegó bruscamente como si hubiera sido sumergida en hielo eterno, perdiendo por completo su brillo.
En cuanto al Fuego Extremo Luo Púrpura de Long Xingkong, había perdido todo su resplandor y parecía como si estuviera a punto de extinguirse.
