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Guo Wei luchaba por levantarse del suelo de la plaza, su pecho cubierto de manchas de sangre.
Hace un mes, durante la evaluación de inscripción, su armadura de batalla había sido destruida en pedazos por Yang Xiaotian. Hace apenas dos días, finalmente la había reforjado, y ahora había sido destrozada de nuevo por Yang Xiaotian.
Mientras Guo Wei veía su armadura de batalla ser destruida nuevamente por Yang Xiaotian, sus ojos se volvieron rojos sangre, llenos de una intención asesina insoportable. Miró a Yang Xiaotian como una bestia feroz y violenta. —¡Yang Xiaotian, te voy a matar!
Guo Wei rugió, su aura se hinchó una vez más.
Arriba en el cielo, el trueno crujió con fuerza.
Rayos de Serpientes Trueno cayeron estrepitosamente, enroscándose alrededor del cuerpo de Guo Wei.
El poder destructivo del trueno sorprendió a todos los estudiantes cercanos.
Claramente, el Arte del Dios del Trueno Antiguo de Guo Wei había logrado otro avance.
