—Gran Anciano, tenga por seguro, si Yang Xiaotian se atreve a aparecer en el examen mensual, aseguraré golpearlo hasta dejarlo medio muerto —dijo Guo Wei con confianza.
En ese momento, todos los agravios pasados serán resueltos.
Una aura asombrosa emanó de él.
Para sorpresa de todos, había alcanzado el octavo nivel del Rey Marcial.
—El único temor es que no se atreva a aparecer —dijo Guo Wei—. He escuchado que ha pedido permiso al vicedecano.
—En este examen mensual, si no se atreve a aparecer, solo espera al próximo. Siempre hay otra oportunidad. Cuando lo haga, también podrás desafiarlo a un duelo en el escenario de lucha —rió Zhong Yun.
Guo Wei asintió.
Varios días pasaron en un abrir y cerrar de ojos.
Dentro de la Sala del Dragón Celestial, Yang Xiaotian irradiaba luz, rodeado por Dragones de la Esencia Verdadera, su abrumador poder de dragón llenando el aire.
