Aunque todavía era temprano, las calles de Ciudad Real ya estaban intransitables.
Para la gente del País del Mar Divino, la gran competencia de las academias era aún más significativa que el Concurso de Farmacéuticos, por lo que todas las principales familias, sectas y academias del País del Mar Divino estaban presentes.
Yang Xiaotian miró hacia afuera y no vio más que un mar negro de personas, extendiéndose hasta el final de la calle.
Sin embargo, justo cuando Yang Xiaotian y su grupo no habían ido lejos del otro patio, vieron acercarse a un gran grupo de Guardias del Palacio Real fuertemente armados.
—Señor Divino Yang, Ciudad Real está abarrotada. El Rey nos ha enviado para escoltar al Señor Divino Yang al Palacio Real —dijo el Capitán de la Guardia mientras se acercaba a Yang Xiaotian y se inclinaba respetuosamente.
