Al oír que el Caldero de Medicina ya no podía matar al Dios de la Muerte Inmortal, el corazón de Yang Xiaotian se hundió.
Sin embargo, aunque el Caldero de Medicina actualmente no podía matar al Dios de la Muerte Inmortal, siempre y cuando hubiera Agua del Trueno de la Tribulación Celestial Nueve Veces, era posible herir gravemente al Dios de la Muerte Inmortal.
Yang Xiaotian se sintió algo aliviado.
—Joven Maestro, el Dios de la Muerte Inmortal ha huido hacia el Camposanto Eterno, me temo que también pretende ir a la Tumba Celestial Eterna —dijo el Simio Demoníaco—. Será muy peligroso para usted si entra en la Tumba Celestial Eterna entonces.
Era más que peligroso.
Incluso si el Dios de la Muerte Inmortal estaba herido por el Oso Azur, no era alguien con quien el Simio Demoníaco y los demás pudieran contender.
En todo el Continente del Dios Azur, solo el Oso Azur podría suprimir al Dios de la Muerte Inmortal.
