Mientras volaba en el grifo, Kent atravesó la puerta de Yin-Yang y llegó a la morada de la bestia. Debido a la barrera protectora de la morada, el grifo no evolucionado no pudo entrar. Sin pensar más, Kent comenzó a volar por su cuenta, usando mana.
A medida que se acercaba a la morada fénix, Kent escuchó un sonido de música alegre. Las bestias guardianas de la morada estaban ausentes en la entrada de la morada. Preguntándose sobre la música alegre, Kent se apresuró hacia el centro de la morada.
Los altos árboles, milenarios, caían al suelo a lo largo del camino. Varias estatuas de roca de ancestros se desmantelaron en polvo. Pronto, Kent sintió el olor de una carne asada y un fuego ardiendo.
—¿Qué es este olor? —murmuraba Kent mientras se movía a la velocidad del viento. Tras tomar varios giros y vueltas en el terreno rocoso, finalmente llegó a la entrada de la morada fénix.
