Salas de visitantes externas de la secta del Sol Eterno...
Por la tarde, Kent trató a más de cincuenta pacientes sin tomar ningún descanso. Aunque intentó observar a otros tratando condiciones de salud complejas, de alguna manera, la gente lo buscaba a él, rogando por tratamiento.
Afuera, el sol guardián casi llegaba a su fin, proyectando luz vespertina. Pero la larga fila frente a Kent se extendía aún más hacia la entrada. Extrañamente, la mayoría de estos pacientes eran mujeres. Kent no entiende cómo terminó en esta situación.
Gracias a los manuales de sanación de su tía, Kent aprendió algunas técnicas de sanación avanzadas para problemas regulares. Debido a su tratamiento eficiente e indoloro, cada vez más personas comenzaron a buscar su asistencia exclusivamente.
En lugar de enfadarse o enojarse, los otros discípulos se sintieron aliviados de sus deberes ya que obtuvieron tiempo libre para charlar.