—¿Está todo bien? —preguntó Kent en un tono susurrante, cerca de su oído. Sintiendo el sonido cosquilleante, Sofía asintió lentamente con la cabeza sin moverse de sus hombros.
Kent la sostuvo queridamente sin hacerla sentir incómoda. Después de mucho tiempo, Sofía lentamente levantó la cabeza y miró a los ojos de Kent.
—¿Qué pasó? —preguntó Kent, observando sus ojos hinchados y las marcas de lágrimas en sus mejillas.
—El clan del veneno —pronunció Sofía en un tono débil y se dio la vuelta, caminando hacia el interior de su residencia. Kent la siguió mientras escuchaba su narración.