—Un hombre bárbaro y una mujer pequeña. ¡Qué combinación! Pero lamentablemente, son bestias. Este poderoso Lambu no le gusta las bestias —comentó Lambu con una sonrisa juguetona y altiva mientras observaba al Loto de Fuego.
—Ignoró por completo los rugidos furiosos de Zambu, quien se preparaba para arrojar bolas de fuego —Te mataré, bastardo —Zambu levantó su maza y comenzó a canalizar su aura.
—Oye salvaje, deja de rugir como un gatito, ¿no conoces las maneras? —comentó Lambu con una sonrisa burlona y levantó la mano.
Al instante, un hechizo cayó sobre la cabeza de Zambu, y una jaula de hierro se formó sobre él, atrapándolo completamente por dentro. Sorprendido por el ataque repentino, Zambu comenzó a atacar la jaula con todas sus fuerzas. Comenzó a golpear la jaula con bolas de fuego. Pero estas rebotaron hacia él, causándole grandes daños.