La bella angelical que detuvo a Kent es Lucy. Con una visión de gracia en su vestido de lavanda, la tela fluye elegantemente a su alrededor. Sus ojos se iluminaron cuando su mano encontró la de Kent, la emoción brillaba en sus ojos.
Ella tenía una presencia magnética, atrayendo a las personas con su calidez y encanto. La belleza de Lucy no estaba solo en su apariencia, sino en la forma en que se comportaba, haciendo que cada momento se sintiera especial.
—Acababa de venir a ver el torneo y nunca esperé encontrarte aquí —respondió Lucy, sonriendo felizmente sin soltar su mano.
—Realmente llegaste a tiempo —dijo Kent, ignorando a los mirones que los miraban con los ojos bien abiertos.
Las palabras fluían entre ellos mientras hablaban sin parar. A un lado, Gordo estaba tenso mientras llamaban a Kent en la arena.
—Maestro, es hora de la competición —interrumpió Gordo a Kent, quien estaba felizmente charlando con Lucy mientras le mostraba el Kirin de Fuego.