—Larry expulsó sangre mientras sus dientes se rompían por esa bofetada. Con un tono amortiguado, Larry comenzó a sollozar.
—Dime, ¿cómo se llama el afrodisíaco? —preguntó Kent de nuevo mientras sostenía la garganta de Larry.
—No lo sé... —murmuró Larry con un tono débil. Sus mejillas hinchadas afectaban su visión de Kent.
—Canalla, dime la verdad antes de que te rompa la mandíbula —miró Kent furiosamente con mucha fuerza.
—Espera... Estoy diciendo la verdad. Solo sé que es poderoso. Pero no sé su nombre. Créeme. Además, si te atreves a hacerme algo, contaré a todos sobre tu plan —habló Larry en un tono amenazante.
Kent, sorprendido por la amenaza de Larry, se apoyó en el suelo y tomó el largo cabello de Larry.
—Ahhh...
Larry gritó como un niño de dos años mientras su cabeza dolía como una sartén caliente.
—¿Cuál era el plan del que hablabas? —preguntó Kent en un tono serio. Los ojos de Kent ya se habían vuelto rojos debido al efecto del afrodisíaco.