—Mmm... no me toques ahí —Amelia se quejó mientras controlaba la risa cosquillosa.
Pero Kent la ignoró y continuó masajeando su ombligo con dos dedos. —Mantén la calma. Hoy te voy a tratar, así que déjame preparar tu cuerpo —dijo Kent mientras acariciaba suavemente todo su cuerpo y anotaba todos los puntos de aura.
Pero Amelia continuó moviéndose de placer mientras el toque de Kent le hacía cosquillas en la piel. No pudo contener su risa cuando los dedos de Kent ocasionalmente tocaban sus partes rosadas de placer.
—Solo unos minutos más, mantén la calma —respondió Kent mientras movía sus dos dedos a lo largo del surco entre sus dos montañas de nieve.
Actualmente, Amelia está desnuda dentro de las soluciones herbales, y Kent está haciendo todo lo posible para abrir todos los poros de su cuerpo para un mejor tratamiento. Desde la mañana, Kent sumergió el cuerpo de Amelia en siete soluciones diferentes, cada una a diferentes temperaturas.