—¿Qué vista tan hermosa? —Kent murmuró para sí mismo, con la mirada fija en el majestuoso pico del sol curativo.
Tras partir del Pico del Sol Naciente, se dirigió directamente a este refugio de hierbas. Sentado sobre su Kirin de Fuego, ascendió por el camino bien mantenido hacia la cumbre, maravillándose de los exuberantes jardines que adornaban el entorno.
A medida que ascendían, Kent no pudo evitar sentirse cautivado por la belleza del pico del sol curativo. A diferencia de los otros picos de la Secta del Sol Eterno, este parecía exudar una sensación de paz y serenidad.
El terreno inclinado está meticulosamente dividido en terrazas, cada una adornada con una vibrante variedad de plantas herbales y flores medicinales.